miércoles, 10 de septiembre de 2014

Sacudón, economía del empobrecimiento.

Sacudón, economía del empobrecimiento.


          La economía del país, está tan paralizada que el “sacudón” prometido por el presidente Maduro no logró ni siquiera sacudir el polvo que se ha depositado sobre el aparato productivo que yace inerte y frío en todos los parques industriales y sobre la estructura comercial de Venezuela.
          Triste pero cierto, los venezolanos estamos viviendo hoy la etapa de mayor crecimiento de la pobreza y destrucción de la clase media que jamás haya ocurrido y que quizás hubiéramos siquiera imaginado; desabastecimiento e inflación y  se han convertido en términos de uso cotidiano en las conversaciones que se desarrollan en las unidades de transporte público y en las largas colas de personas que a diario se forman aquí y allá, tratando de obtener los productos básicos para la alimentación como: leche, aceite, harina de maíz, arroz, etc. así como los productos fundamentales de higiene personal jabón, shampoo y hasta detergentes para lavar la ropa. De preocupación es también la escasez de los insumos y materiales necesarios para el tratamiento médico, donde la inexistencia en el país de estos rubros nos está empujando a tratamientos médicos del siglo pasado y si consideramos el resurgimiento de enfermedades antes controladas y la aparición de otras que no habíamos conocido, el panorama es realmente aterrador.
          Nuestro signo monetario nunca fue tan débil como lo es hoy, la disparidad entre los tres tipos de cambio oficial de divisas nunca fue tan aberrante y al incluir el reconocido mercado negro en la comparación carece de sentido el valor de la moneda.
          El discurso del gobierno nacional nos presenta una realidad alterada, desconectada de la cotidianidad de los ciudadanos que cada día vemos como la luz al final del túnel se hace más lejana y débil.
          No existe en estos momentos ninguna empresa de análisis financiero o político que augure recuperación económica si seguimos por este camino del despilfarro, del control de precios, del control de cambios y del desmontaje del aparato productivo privado.
          El venezolano se debate entre dos realidades, la cotidianidad y la que describen los conductores del país, un ejemplo es que unos vemos escasez de alimentos y el gobierno dice que ahora la población consume más, si esto fuese así no hay dudad de la incapacidad demostrada por el régimen comunista de promover el crecimiento de la producción de alimentos en los últimos 15 años, la verdad ha sido que el programa de expropiaciones de tierras productivas, el control en la distribución de agroquímicos, el desconocimiento del crecimiento demográfico como factor de aumento de la demanda y el permanente ataque al inversionista hace imposible elevar la producción.
          Este gobierno que solo le alcanza la mirada para verse el ombligo, es incapaz de levantarla para mirar el horizonte, la vanidad y la autosuficiencia humana de quienes nos dirigen nos va a llevar directamente al abismo, para muestra podemos señalar la incongruencia de tener como asesor a un elemento del jurásico político quien fuera consejero del Che Guevara, como si no fuera suficiente ejemplo del fracaso del pensamiento comunista, es la triste realidad que atraviesa el pueblo cubano, cuyos únicos dos periodos de esplendor han sido mientras fueron financiados por el sistema comunista soviético y posteriormente el régimen venezolano de la quinta república, una nación que concibe su desarrollo de manera entrópica desconociendo el entorno global en que nos desenvolvemos tiene como único camino el aislamiento y el atraso económico y lo que es peor el atraso social.
          La solución es un verdadero cambio de visión y un verdadero sacudón político y económico, desmontando  los controles, por esos objetivos debemos trabajar, nunca estaremos lo suficientemente mal como para pensar que el pueblo reaccionará, es más, mientras peor estemos menos importancia tendrá para la gente lograr un cambio político, pues estaremos todos preocupados en satisfacer nuestras necesidades inmediatas de subsistencia y pensar en el futuro se convierte en un ejercicio fútil que carece de sentido ante la realidad presente y futura.
          Para que esta nave llamada Venezuela cambie de verdad, se requiere de un cambio de timonel más que de un cambio de timón, se requiere más de un cambio en la ruta que un cambio de tripulación, los cambios que se han realizado en el gabinete ejecutivo en lo que se ha llamado el “sacudón” claramente indican que el gobierno no tiene ninguna intención de cambiar o redirigir la política económica, todo lo contrario, vamos a un proceso de profundización del modelo comunista y mientras sigamos por ese camino los únicos indicadores que crecerán serán el estancamiento del crecimiento económico, la inflación y el desabastecimiento.
          Producir más y producir mejor son las claves para el desarrollo económico de un país, y eso solo es posible cuando se brindan condiciones claras para el crecimiento de la inversión en el sector privado, con la consecuente apertura económica al capital privado nacional y extranjero, que hasta el momento son los que han demostrado activar el empleo y el desarrollo del comercio y los servicios en todas las economías modernas y exitosas.
          Jesús Eduardo Fernández I.

@JesusEduardoFI

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