Revoluciones
construyen, Revoluciones destruyen
Durante la segunda mitad del siglo XVIII,
la humanidad experimentó de uno de los procesos de desarrollo más importantes
jamás vividos, me refiero a la Revolución Industrial, durante este periodo la
humanidad alcanzo los más importantes logros en cuanto a bienestar y calidad de
vida , nunca pensados en tan corto periodo de tiempo, el desarrollo del
transporte masivo de bienes y personas, la mecanización de la producción de
bienes de consumo, el mayor progreso en la producción agrícola, se
desarrollaron las vacunas más importantes que redujeron al mínimo, para ese
entonces, la mortalidad infantil causada por epidemias “catastróficas”; en
salubridad se alcanzaron grandes avances al desarrollarse los sistemas de alcantarillado,
en fin, gracias a la Revolución Industrial el mundo logró dar un importante
salto en la dirección que lo ha conducido al punto donde hoy se encuentra en lo
relativo a desarrollo económico, científico y social.
En
lo social, la Revolución Industrial, también introdujo grandes desigualdades,
nacieron las clases sociales, agrupadas en torno al lugar que cada quien
ocupaba en la cadena de producción, sin embargo durante la revolución y a
consecuencia de esta, se lograron los más importantes avances en lo referente a
legislación laboral y protección al trabajador y al trabajo.
Estos
dos aspectos han permitido que la vida del ser humano tenga cada día más
calidad y permite que tengamos cada día más tiempo libre para compartir con
nuestra familias y mejores condiciones en lo que ha seguridad social se
refiere.
Si
tomamos los aspectos antes mencionados y miramos un globo terráqueo, nos damos
cuenta inmediatamente que los países donde las sociedades han logrado alcanzar
el mejor nivel de bienestar, han sido estos donde la producción de grandes
volúmenes en bienes, la industrialización, el comercio y el transporte se han
desarrollado de manera continua y progresiva.
Otro
dato a resaltar es que ninguno de estos países han sido terreno fértil para las
ideas de las doctrinas socialistas, todo lo contrario, todos aquellos rincones
donde la idea socialista floreció han sufrido el atraso tecnológico, la discriminación más
salvaje y la pobreza más profunda, sin
mencionar que, es en esas sociedades donde la corrupción ha alcanzado los
niveles de impunidad más grotescos e inmorales jamás pensados.
En
estos momentos, y para tristeza de la mayoría de los venezolanos, nuestra
querida patria ocupa quizás un lugar preponderante en la lista de estos países,
el atraso económico consecuencia de la destrucción del incipiente aparato
productivo que habíamos logrado desarrollar después de la nacionalización del
petróleo y el hierro, la estatización de las tierras productivas para
convertirlas en conucos, donde la sustitución del arado mecánico por el machete
pareció ser la consigna, la destrucción de un sistema educativo de calidad por
una enseñanza mediocre e ideologizada en el comunismo, la sustitución del valor
de la educación y el trabajo como vía para lograr el bienestar personal y de la
sociedad, amén de el nivel de impunidad de los delitos de corrupción y de la
corrupción “per se” del sistema de justicia, nos han llevado a la pérdida del
nivel de vida alcanzado por la sociedad venezolana en los años 70, 80 y 90.
Los
indicadores de pobreza siguen en los mismos porcentajes que hace
16 años,
agravada la situación por la triste realidad de las colas para comprar los
alimentos, productos de higiene personal, gasolina, materia prima para la
construcción o desinfectantes sin dejar de mencionar insecticidas o insumos agrícolas
y repuestos para vehículos, etc., hecho que nunca nadie pudo pensar que
sucedería y mucho menos imaginar, que un país con tantas riquezas en el
subsuelo, pudiera haberse convertido en una nación de mendigos a la fuerza.
Mientras
que en el mundo entero todas las sociedades buscan alcanzar el desarrollo
económico y permitir que sus ciudadanos desarrollen todas sus potencialidades
intelectuales para así contribuir con el crecimiento del país, la infame
Revolución Bolivariana ha hecho todo lo necesario para colocar obstáculos de
todo tipo al deseo de los jóvenes de estudiar y formarse en el área de su
interés, doctrinas ideologizadas, restricciones en la adquisición de divisas
para formación profesional, desmantelamiento de las universidades autónomas a través
de presupuestos deficitarios reconducidos por años y profesores con sueldos
paupérrimos dan como resultado un sistema educativo que deja mucho que desear
al compararlo con otras naciones, que en el mismo tiempo, han alcanzado
importantes niveles de desarrollo en todos los aspectos antes mencionado.
Con
mucho dolor y pena debemos reconocer ante el mundo que pasamos a ser un país
donde las restricciones impuestas por el gobierno socialista imperante desde
hace 16 años nos ha convertido en algo así como un caso de estudio de cómo se
destruye un país y con él, el sueño de sus ciudadanos en tiempo record.
Hoy
más que nunca los venezolanos estamos en la obligación de mantener y sembrar en
los jóvenes la conciencia y la certeza de que lo que hoy vivimos los
venezolanos es un mal sueño, un remedo
de país donde hasta la soberanía está prácticamente perdida, solo considerar
que cada bocado de alimento es total o parcialmente importado y el combustible
que usan nuestros vehículos comienza también a ser importado, esto da una
sensación de debilidad en el contexto
global.
Mientras
otros países donde la economía es diversificada comienzan a ver un futuro
promisor, como consecuencia de la caída de los precios mundiales del petróleo
nosotros enfrentamos un triste futuro debido a que esta revolución socialista
no supo aprovechar la bonanza de los precios del petróleo para fomentar el
desarrollo en otras áreas de la producción de bienes manufacturados y
alimentos.
Sobre
el tema de los precios del petróleo, quiero hacer una reflexión, el presidente
ha salido en un desesperado intento a pedirle al resto de los países miembros
de la OPEP que reduzcan la producción para afectar los precios del crudo en el
mercado, estando consciente de que los precios han bajado abruptamente por tres
factores principales: el primero, que en esta época del año los precios caen
porque los países que enfrentan climas invernales ya han comprado el
combustible necesario para hacer funcionar las calefacciones durante el
invierno y que durante las variaciones de temperatura de primavera y verano no
será necesario el combustible, por eso la demanda disminuye; segundo las energías
alternativas se han desarrollado hasta un punto donde ya comienzan a ser
rentables y competitivas; tercero, otros
países han comenzado a explotar más intensamente sus hidrocarburos inundando el
mercado con una mayor oferta de combustible fósil. Mientras tanto la revolución venezolana no ha
sido negligente e incompetente para asumir los retos que los demás han abordado,
algo que si ha hecho el gobierno ha sido despilfarrar el dinero en gastos
suntuarios e improductivos y aumentar las cifras de las cuentas bancarias de
una nueva clase social surgida de la combinación de la política mal concebida y
el chanchullo oportunista de algunos comerciantes y empresarios inescrupulosos.
Hace
pocos días vimos como ocurría lo que algunos esperábamos en la Asamblea
Nacional, fueron ratificados en sus cargos los burócratas que mantienen a la revolución
todavía sobre sus tambaleantes pies, amén de uno que otro enroque, no hubo
escándalo, nadie protestó, unos pocos comentarios en las redes sociales hicieron
notar que ya a la población poco le importa lo que el gobierno hace o deja de
hacer y eso no es un buen síntoma, quizás la gente está muy ocupada buscando lo
mínimo que requiere para vivir en la cola de algún supermercado y no tiene
tiempo de pensar en el futuro, o que la gente se ha acostumbrado, tristemente,
a los abusos de poder de los militantes del PSUV en todos los espacios de poder
secuestrados por las leyes habilitantes y las modificaciones a los reglamentos
electorales.
Hoy
en la víspera del 2015, debemos prepararnos a participar en el proceso
electoral para la renovación de los diputados a la Asamblea Nacional, que más
que significar un cambio inmediato del estado actual de las cosas, servirá para
demostrarnos a nosotros mismos que somos más los que estamos descontentos con
esta caricatura de gobierno que los que se sienten satisfechos con la
repartición del botín que este les brinda, estoy convencido que el voto es la
única herramienta que tenemos los demócratas para salir de un mal gobierno,
pero también es necesario que los líderes demócratas den muestras en su
conducta y en su discurso de cuál es el país que quieren construir y los venezolanos debemos aprender a elegir mejor a
nuestros gobernantes, ya la lección nos fue dada, no es mejor gobernante el que
más dinero reparte sino el que construye más posibilidades para que el pueblo
salga adelante labrando su propio futuro.
Dr. Jesús Eduardo
Fernández I.
@JesusEduardoFI
29/12/2014
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