martes, 8 de septiembre de 2015

SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, PETROLEO Y PUERTO LIBRE DE MARGARITA


La profunda crisis económica que vivimos los venezolanos, producto del capricho comunista de los jerarcas de la revolución, que se entronizaron en el gobierno desde la elección del difunto presidente Chávez, hasta el momento actual con Maduro y Diosdado como lideres visibles de la revolución bolivariana, sustentada por la tesis del Socialismo del siglo XXI, han llevado a la mayoría de la población a una de las situaciones más precarias y peligrosas que jamás haya vivido la república.
Leer una encuesta sobre la situación del país, realmente altera el ánimo y el espíritu de cualquiera.
Ver que el desabastecimiento y la dificultad para adquirir los alimentos supera por suficiente margen al problema de la inseguridad que todos vivimos, nos coloca en el nivel más bajo de la pirámide de Maslow, referida a la satisfacción de las necesidades fisiológicas del ser humano.
Un país que vive su día a día en una lucha constante por obtener alimentos, que ve alterados sus hábitos de sueño tranquilo, por la necesidad de hacer colas, es un pueblo que no puede pensar en su desarrollo como sociedad hasta que no satisfaga estas necesidades básicas, situación que ha llevado a Venezuela a hundirse más profundamente en el subdesarrollo y el atraso.
Los miles de jóvenes que han tomado la dura y difícil decisión de buscar en otros países condiciones que les permitan desarrollarse y satisfacer sus necesidades personales, son muestra de la dura realidad económica que vive nuestro país.
El modelo económico que se nos ha impuesto y que de novedoso lo único que tiene es su aplicación en Venezuela, ha mostrado su fracaso en cada uno de los países del mundo donde se ha implementado, y que es responsabilidad absoluta del gobierno comunista de Chávez y Maduro, ha llevado a la destrucción del sistema económico venezolano y su  aparato productivo.
La decisión de perpetuar el modelo económico en una política rentista sobre la base de la industria petrolera, ha sido el error más grave que se haya cometido en Venezuela en materia económica, no haber aprovechado el alza sostenida por un buen número de años para hacer crecer el aparato productivo nacional, como lo hicieron la mayoría de los países de latino América ha sido el error que nos ha sumido en un retroceso bestial, y nos ha colocado en posición de desventaja y rezago de desarrollo económico e industrial muy difícil de superar.
Esta desinversión en el aparato productivo que a mi juicio llega al punto de ser un acto criminal, que debería tener sanción para los culpables de la toma de las decisiones, disminuyó a la industria petrolera nacional de tal manera que esta no ha experimentado crecimiento alguno y expropió tierras productivas, empresas ligadas al ramo de los alimentos básicos, a la producción agrícola y pecuaria, con la única intención de destruir la industria de capital privado y promover una economía de conuco atrasada y poco productiva, llevando las exiguas exportaciones no petroleras, generadoras de divisas al punto en que hoy con dificultad superan el 5% y si a eso sumamos la caída estrepitosa de los precios del petróleo venezolano, que actualmente se ubica en 42.60$ por barril, es evidente que el país no tiene ingreso suficiente en divisas para mantener un sistema económico estable ni un aparato productivo que apuntale nuestra economía con un nivel de reservas internacionales en cantidades muy bajas para mantener un sistema económico basado en la importación de los productos de primera necesidad.
Hoy podemos decir, que todos los problemas que tienen las personas como individuos y como grupos, sea cual sea el motivo que los agrupe, tienen su origen en el nefasto modelo económico que se nos impone.
Por ser habitante y oriundo de la Isla de Margarita, voy a dedicar unos últimos comentarios, desde mi punto de vista, a la profunda crisis que atraviesa el régimen aduanero especial de la isla conocido como Puerto Libre, que como valor agregado del turismo como actividad económica estratégica, es una importante fuente de ingresos para muchos empresarios y fuente de trabajo primordial para un significativo número de personas.
Uno de los problemas que “El puerto libre” enfrenta es el derivado del control en el sistema cambiario de divisas impuesto desde el gobierno como parte y a consecuencia del modelo económico denominado socialismo del siglo XXI, vivir en un país donde existen dos extremos, por un lado un Dólar oficial subvaluado a seis Bolívares y por otro extremo el Dólar del mercado paralelo (reconocido por el estado) sobrevaluado a setecientos Bolívares, con dos cambios oficiales adicionales intermedios, introduce una distorsión en el sistema que no hace más que generar escases de productos, desinversión y contrabando entre otros males.
Esta situación ha creado dos mercados que conviven paralelamente uno donde el intercambio de mercancías se produce a seis bolívares por dólar donde deben acudir la mayoría de la masa laborar que tiene como ingresos el salario mínimo y otro mercado donde el intercambio de mercancías ocurre a setecientos bolívares por dólar, donde acude un sector minoritario de la población, ambos mercados se caracterizan por la escases y el desabastecimiento de productos.
Todo esto amarrado a un orden jurídico que impide a los importadores del puerto libre, adquirir la divisa en el mercado paralelo y reflejar el valor de la transacción de las divisas dentro de la estructura de costos y precios de su operación, lo que ha generado una desinversión tan profunda en el sector, en la cual no es para nada atractivo adquirir productos en este sistema aduanero especial y torna aún peor el panorama para los margariteños que por nuestra condición insular no podemos adquirir los bienes para satisfacer nuestras necesidades en otro lugar.
Es urgente que nos unamos todos en este estado insular, para buscar una solución definitiva a este grave problema, el turismo ofrece suficientes ventajas como para hacer de este estado una tierra de progreso y bienestar y mientras no reconozcamos que el turismo es un todo compuesto por diferentes partes entre las cuales están: los recursos naturales, el capital humano, la actividad pesquera, nuestro folklore y el Puerto libre, nunca encontraremos la solución, necesitamos construir un tejido económico sólido, compacto y estable para nuestras islas no soluciones parciales para seguir manteniendo lo mismo.
En las crisis están las oportunidades no las despreciemos.



Jesús Eduardo Fernández Iglesias.
@JesusEduardoFI
Dir. General Alcaldía de Mariño N.E.

08/08/2015

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