La profunda crisis económica
que vivimos los venezolanos, producto del capricho comunista de los jerarcas de
la revolución, que se entronizaron en el gobierno desde la elección del difunto
presidente Chávez, hasta el momento actual con Maduro y Diosdado como lideres visibles
de la revolución bolivariana, sustentada por la tesis del Socialismo del siglo
XXI, han llevado a la mayoría de la población a una de las situaciones más
precarias y peligrosas que jamás haya vivido la república.
Leer una encuesta
sobre la situación del país, realmente altera el ánimo y el espíritu de
cualquiera.
Ver que el
desabastecimiento y la dificultad para adquirir los alimentos supera por
suficiente margen al problema de la inseguridad que todos vivimos, nos coloca
en el nivel más bajo de la pirámide de Maslow, referida a la satisfacción de
las necesidades fisiológicas del ser humano.
Un país que vive su
día a día en una lucha constante por obtener alimentos, que ve alterados sus hábitos
de sueño tranquilo, por la necesidad de hacer colas, es un pueblo que no puede
pensar en su desarrollo como sociedad hasta que no satisfaga estas necesidades
básicas, situación que ha llevado a Venezuela a hundirse más profundamente en
el subdesarrollo y el atraso.
Los miles de jóvenes
que han tomado la dura y difícil decisión de buscar en otros países condiciones
que les permitan desarrollarse y satisfacer sus necesidades personales, son
muestra de la dura realidad económica que vive nuestro país.
El modelo económico
que se nos ha impuesto y que de novedoso lo único que tiene es su aplicación en
Venezuela, ha mostrado su fracaso en cada uno de los países del mundo donde se
ha implementado, y que es responsabilidad absoluta del gobierno comunista de Chávez
y Maduro, ha llevado a la destrucción del sistema económico venezolano y su aparato productivo.
La decisión de
perpetuar el modelo económico en una política rentista sobre la base de la
industria petrolera, ha sido el error más grave que se haya cometido en Venezuela
en materia económica, no haber aprovechado el alza sostenida por un buen número
de años para hacer crecer el aparato productivo nacional, como lo hicieron la
mayoría de los países de latino América ha sido el error que nos ha sumido en
un retroceso bestial, y nos ha colocado en posición de desventaja y rezago de
desarrollo económico e industrial muy difícil de superar.
Esta desinversión en
el aparato productivo que a mi juicio llega al punto de ser un acto criminal,
que debería tener sanción para los culpables de la toma de las decisiones, disminuyó
a la industria petrolera nacional de tal manera que esta no ha experimentado
crecimiento alguno y expropió tierras productivas, empresas ligadas al ramo de
los alimentos básicos, a la producción agrícola y pecuaria, con la única intención
de destruir la industria de capital privado y promover una economía de conuco atrasada
y poco productiva, llevando las exiguas exportaciones no petroleras,
generadoras de divisas al punto en que hoy con dificultad superan el 5% y si a
eso sumamos la caída estrepitosa de los precios del petróleo venezolano, que
actualmente se ubica en 42.60$ por barril, es evidente que el país no tiene
ingreso suficiente en divisas para mantener un sistema económico estable ni un
aparato productivo que apuntale nuestra economía con un nivel de reservas
internacionales en cantidades muy bajas para mantener un sistema económico
basado en la importación de los productos de primera necesidad.
Hoy podemos decir,
que todos los problemas que tienen las personas como individuos y como grupos,
sea cual sea el motivo que los agrupe, tienen su origen en el nefasto modelo
económico que se nos impone.
Por ser habitante y
oriundo de la Isla de Margarita, voy a dedicar unos últimos comentarios, desde
mi punto de vista, a la profunda crisis que atraviesa el régimen aduanero
especial de la isla conocido como Puerto Libre, que como valor agregado del
turismo como actividad económica estratégica, es una importante fuente de
ingresos para muchos empresarios y fuente de trabajo primordial para un
significativo número de personas.
Uno de los
problemas que “El puerto libre” enfrenta es el derivado del control en el
sistema cambiario de divisas impuesto desde el gobierno como parte y a
consecuencia del modelo económico denominado socialismo del siglo XXI, vivir en
un país donde existen dos extremos, por un lado un Dólar oficial subvaluado a
seis Bolívares y por otro extremo el Dólar del mercado paralelo (reconocido por
el estado) sobrevaluado a setecientos Bolívares, con dos cambios oficiales
adicionales intermedios, introduce una distorsión en el sistema que no hace más
que generar escases de productos, desinversión y contrabando entre otros males.
Esta situación ha
creado dos mercados que conviven paralelamente uno donde el intercambio de mercancías
se produce a seis bolívares por dólar donde deben acudir la mayoría de la masa
laborar que tiene como ingresos el salario mínimo y otro mercado donde el
intercambio de mercancías ocurre a setecientos bolívares por dólar, donde acude
un sector minoritario de la población, ambos mercados se caracterizan por la escases
y el desabastecimiento de productos.
Todo esto amarrado
a un orden jurídico que impide a los importadores del puerto libre, adquirir la
divisa en el mercado paralelo y reflejar el valor de la transacción de las
divisas dentro de la estructura de costos y precios de su operación, lo que ha
generado una desinversión tan profunda en el sector, en la cual no es para nada
atractivo adquirir productos en este sistema aduanero especial y torna aún peor
el panorama para los margariteños que por nuestra condición insular no podemos
adquirir los bienes para satisfacer nuestras necesidades en otro lugar.
Es urgente que nos
unamos todos en este estado insular, para buscar una solución definitiva a este
grave problema, el turismo ofrece suficientes ventajas como para hacer de este
estado una tierra de progreso y bienestar y mientras no reconozcamos que el
turismo es un todo compuesto por diferentes partes entre las cuales están: los
recursos naturales, el capital humano, la actividad pesquera, nuestro folklore
y el Puerto libre, nunca encontraremos la solución, necesitamos construir un tejido
económico sólido, compacto y estable para nuestras islas no soluciones
parciales para seguir manteniendo lo mismo.
En las crisis están
las oportunidades no las despreciemos.
Jesús Eduardo Fernández Iglesias.
@JesusEduardoFI
Dir. General Alcaldía de Mariño N.E.
08/08/2015
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